miércoles, 21 de mayo de 2014

LA HABANA CAPITAL DE CUBA

LA HABANA CAPITAL DE CUBA


La ciudad de La Habana, capital de Cuba, se encuentra ubicada en la orilla noroccidental de la bahía de La Habana, en la costa septentrional de la isla de Cuba, al sur de Key West (Florida).
Por su sector occidental desemboca el río Almendares y en su sector oriental se halla la bahía de Marimelena. Su clima es tropical, siendo agosto el mes más caluroso.
Fue fundada en 1515 por el gobernador español Diego Velázquez de Cuellar, donde actualmente se encuentra la ciudad de Batabanó, con el nombre de San Cristóbal de la Habana. En 1519 fue trasladada a su actual ubicación, convirtiéndose muy pronto en el puerto más importante de la isla. En 1553 pasó a ser la capital de Cuba, reconociéndosele este título oficialmente el 8 de octubre de 1607. Por razón de la Real Cédula del 20 de diciembre de 1592, se convirtió en ciudad y recibió los títulos de “Antemural de las Indias Occidentales” y “Llave del Nuevo Mundo”. Gracias a su continuo movimiento económico, su población fue aumentando cada vez más.
Para defenderla de los continuos ataques de piratas y corsarios, se construyeron fortificaciones (castillos) que hoy se exponen como los monumentos más antiguos de la ciudad y que fueron bautizados con los nombres de: La Cabaña, Cojímar, La Chorrera, La Fuerza, El Morro, La Punta. En su época convirtieron a su puerto en el más protegido de América. Sin embargo, sus fortalezas no impidieron que durante la guerra de los Siete Años (1756-1763), en agosto del año 1762, la ciudad cayera en manos de la Armada inglesa. Al año siguiente España recuperó nuevamente la ciudad a cambio de las posesiones que tenía en la actual Florida.
Además de las fortalezas nombradas, otros edificios civiles y religiosos se levantaron entre los siglos XVI, XVII y principalmente el XVIII. Se erigieron la catedral de la Inmaculada Concepción; los conventos de San Francisco (actual oficina de correos) y Santa Clara; el seminario; el castillo del Príncipe (actual prisión); el ayuntamiento, palacio que fue residencia de los gobernadores de la época colonial; el Capitolio de la Nación; la Capitanía, que alberga las dependencias administrativas del capitán del puerto; el Palacio presidencial, y lujosas e imponentes mansiones nobiliarias. Se realizaron otros proyectos urbanos de gran importancia, a los que se debe la creación de amplias plazas que aún en la actualidad conforman los principales puntos de la ciudad: la plaza de la Fraternidad, el parque Central y el parque de Colón. Entre los edificios de carácter cultural se destacan la Universidad de La Habana, la Universidad Católica de Santo Tomás de Villanova (actual Instituto Makerenko para profesores), el Museo, el Conservatorio Municipal de Música y la Biblioteca Nacional.
La Ciudad Vieja de la Habana, donde se encuentran estas edificaciones, fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1982 por la UNESCO. Sus edificios conforman un conjunto arquitectónico barroco austero y bien conservado, en el que intervino Carlos III, quien mandó a reformar la ciudad luego de la ocupación inglesa de 1762. El estilo barroco en el que se realizaron las construcciones, difería mucho del barroco occidental, principalmente a causa del tipo de material utilizado, la piedra cubana, de composición muy porosa, que no se prestaba a la talla ornamental de moda en la época. La Ciudad Vieja, situada cerca de la entrada interior del puerto, conserva las calles estrechas y escabrosas y las viejas casas con balcones. El conjunto artístico más relevante se centra entre la Plaza de Armas, de San Francisco, la catedral y la Plaza Vieja. La calle peatonal del Obispo es uno de los lugares más concurridos.
Fuera de la Ciudad Vieja se extienden grandes barrios metropolitanos construidos en el siglo XX, antes de la Revolución, cuando La Habana era considerada el paraíso del turismo a la que llegaban miles de turistas norteamericanos sin necesidad de contar con pasaporte. En esta etapa se inició una era de prosperidad para Cuba gracias a la reactivación del comercio, la industria y el turismo. Gran parte de la ciudad fue reconstruida y renovada, y mejoraron las condiciones sanitarias. A diferencia de la Ciudad Vieja, este sector es de aspecto moderno, con lujosas residencias, bellas plazas y amplias avenidas arboladas. Entre las avenidas más notables se encuentran la avenida del Puerto, el malecón, la avenida de las Misiones, la alameda de Paula, y el paseo de Martí.
En el extremo este de acceso a la ciudad se alza el castillo del Morro, mientras que el castillo de la Punta, otra antigua fortaleza, domina el extremo oeste. Los muchos almacenes y demás instalaciones portuarias ocupan casi todo el frente del puerto. Las industrias más destacadas de la ciudad son las refinerías de azúcar y las destilerías derivadas, y la elaboración de los famosos cigarros habanos; en menor escala, también se elaboran productos textiles y alimentarios. La Habana es el punto de partida de las más importantes líneas ferroviarias y carreteras, y cuenta también con el aeropuerto internacional José Martí. 
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